Como es sabido, la agricultura desempeña un rol absolutamente fundamental como fuente de producción de alimentos imprescindibles para la vida y la salud de las personas. Sin embargo, la contribución del sector agrícola no se limita a la importancia de su función como proveedor de productos básicos de alimentación, sino que la actividad agrícola también genera importantes beneficios para la economía, la sociedad, el territorio y el medioambiente.
Es por ello que, es preciso analizar las distintas ayudas que tienen los pequeños agricultores autónomos para procurar que puedan subsistir en un medio cada vez más castigado por las pocas colaboraciones de la administración pública, en cuanto a la financiación de las explotaciones, y por las condiciones climatológicas adversas que en ocasiones obstaculizan su producción. A la escasez de fuentes de financiación se unen otros problemas a los que se le pretende dar solución por medio de la construcción de un sistema de ayudas económicas, muchos de ellos relacionados con la falta de presencia de los jóvenes en el campo y la ausencia de relevo generacional al no incentivar que continúen con la actividad familiar.
Si analizamos el Plan Estratégico Nacional de la PAC 2023-2027, en adelante la nueva PAC, que recientemente se ha aprobado, observamos como se pretende crear una política de pagos directos los cuáles se van a distribuir de manera equilibrada entre los pequeños agricultores para que, de esta forma, puedan llegar a un mayor número de ellos. Otra de las medidas que se establecen es la de incentivar que los jóvenes trabajen en el medio rural y promover el relevo generacional con algunas ayudas extraordinarias para ellos.
Por ello, estos incentivos de la nueva PAC influyen directamente en los autónomos que se configuran como pequeños agricultores. En el documento de la PAC se van a regular los requisitos necesarios para poder acceder a los casi 3.000 millones de euros que anualmente se concederán para apoyar la renta de los agricultores y ganaderos. Esto significa que se regulará la ayuda básica a la renta para la sostenibilidad, que sustituye a la actual, y se establecerá el nuevo pago redistributivo, cuyo objetivo es lograr una redistribución de las ayudas de las explotaciones más grandes a las pequeñas y medianas.
También se quiere impulsar el relevo generacional regulando un pago complementario para los jóvenes agricultores, recién instalados en la actividad agraria priorizando la asignación de derechos de pago de la reserva nacional de la ayuda básica a la renta para la sostenibilidad. Además con una ayuda extraordinaria de 96 millones de euros, lo que supone un importante aumento del apoyo actual, ya que se incrementa la ayuda concedida por hectárea (al doble de la actual), así como en la superficie máxima que puede beneficiarse de la ayuda para cada joven agricultor (será de hasta 100 hectáreas). Un enfoque estratégico e integrado del relevo generacional que garantiza la coherencia entre las diferentes medidas de la PAC.
Las mujeres, que siguen siendo un colectivo más desfavorecido en el medio rural al no participar de forma activa en la gestión del campo ni como autónoma ni como miembro de una junta gestora de cooperativa agraria, ya que en el medio rural el pensamiento y la educación que tienen las personas que lo conforman mantienen que el papel de la mujer es estar en casa y no participar en la administración de las expltaciones agrarias. No se considera que las mujeres tengan interés en la toma de decisiones ni en acudir a esas asambleas, sobre todo porque el que posee la titularidad es el marido. Pero la situación es bien distinta, ya que el papel de la mujer en el mundo agrario no tiene mucha repercusión atendiendo a datos oficiales, aunque la realidad es otra, por ello, se observa que hay un problema de desconexión entre la real contribución de la mujer a la economía agraria y la plasmación de los datos oficiales. Como consecuencia de este desequilibrio y para que su incursión en el mundo del trabajador autónomo agrario sea una realidad, la nueva PAC incrementa las ayudas en un 15% para las mujeres jóvenes agricultoras, con el objetivo de incorporar en la política un enfoque de género.
Por otra parte, también se incluyen las nuevas ayudas asociadas a la producción para aquellos sectores cuya viabilidad y competitividad se encuentra más comprometida (vacuno de leche, vacuno de carne, ovino y caprino, arroz, remolacha azucarera, tomate para transformación, frutos secos, olivar tradicional y uva pasa). El presupuesto de estas ayudas será de 625,97 millones de euros. Se mantendrá el pago específico para el sector del algodón, con casi 60 millones de euros adicionales, y se establecerá un apoyo para aquellos agricultores que produzcan proteínas vegetales.
Para fomentar el cuidado del medio ambiente se van a premiar aquellas prácticas beneficiosas que de forma voluntaria realicen los agricultores y que vayan más allá de la línea de base de los compromisos establecidos por la condicionalidad de las ayudas. Estas acciones constituyen una forma muy importante de apoyar, desde la PAC, el respeto y cuidado del campo incentivando que los pequeños agricultores atiendan del medio rural y del clima. Todas estas ayudas asentadas en la PAC se tendrán que ir regulando y convocando en nuestro país a través de Reales Decretos, para cumplir con las premisas que se marcan en Europa.
En Andalucía para poner en práctica lo previsto en el RDL 428/2022, de 7 de junio, por el que se establecen las bases reguladoras para la concesión directa de una ayuda excepcional de adaptación para compensar las dificultades económicas derivadas del conflicto bélico en Ucrania en determinados sectores agrarios, se publicaron las bases para conceder ayudas a determinados sectores agrarios para compensar las dificultades económicas derivadas del conflicto bélico en Ucrania en determinados sectores agrarios. En este sentido, el objetivo era que los pequeños agricultores de productos cítricos obtuvieran pagos que alcanzaron como máximo 38.700.000 euros de financiación.
Para ser perceptor de estas ayudas, que también se otorgan en distintas cuantías al sector ganadero, los productores de cítricos deben estar inscritos en el Registro General de Producción Agrícola (REGEPA) a fecha 31 de mayo de 2022; haber percibido, en relación a la solicitud única de ayudas de la PAC del año 2021, el pago por prácticas agrícolas beneficiosas para el clima o el medioambiente conforme al capítulo II del título III del Real Decreto 1075/2014, de 19 de diciembre; en caso de no haber cumplido este requisito, deberán haber percibido, en relación a la solicitud única de ayudas de la PAC del año 2021, o a una solicitud de pago de un programa de desarrollo rural presentada durante 2021, alguna de las ayudas previstas en los programas de desarrollo rural de las comunidades autónomas en el marco de los apartados a) y d) del artículo 17 y de los artículos 28, 29, 30 y 31 del Reglamento (UE) 1305/2013 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 17 de diciembre de 2013; y también se le permite la solicitud a aquellos perceptores que no cumplan con los requisitos anteriores pero que estén realizando en su explotación alguna actividad relacionada con al menos uno de los siguientes objetivos: economía circular, gestión de nutrientes, uso eficiente de los recursos, o producción respetuosa con el medioambiente y el clima. En estos casos el beneficiario presentará una declaración responsable con el compromiso de realizar alguna de dichas actividades; para poder conceder estas ayudas la superficie total de cítricos de la explotación de un titular tendrá que ser superior a 0,5 hectáreas, consideradas redondeando al segundo decimal.
A nivel fiscal se han aprobado un paquete de deducciones especiales en el IRPF, ya que durante el año 2021 los autónomos del sector agrario se han enfrentado a algunas adversidades, incendios, inundaciones, volcanes, sequias, heladas, etc. Se trata de circunstancias excepcionales y climatológicas que, sin duda, sumado al aumento de costes del campo han conllevado a que muchos autónomos del campo estén en una situación límite. Según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAGAP), esta medida beneficiará a unos 900.000 trabajadores por cuenta propia y supondrá una rebaja fiscal de 1.093 millones de euros.
Estas nuevas deducciones, se suman a la reducción del 20% del rendimiento neto para todo el sector agrario aprobada el pasado marzo ( Real Decreto-Ley 4/2022), para paliar los efectos de la sequía y el incremento de los costes de producción. Como novedad, se recoge la reducción nacional de los índices de rendimiento neto de la amplía mayoría de sectores dedicados a la ganadería y agricultura. Obviamente, estas medidas no tienen el alcance directo de otras ayudas económicas pero interfieren en el poder adquisitivo de los pequeños agricultores autónomos. Se trata de una reducción del cálculo de su rendimiento neto, lo que repercutirá en una menor tasa impositiva a la hora de declarar el IRPF en el sistema de módulos. Es decir, acorde al Real Decreto, Hacienda puede reducir el IRPF a los autónomos en estimación objetiva (módulos) si su actividad se viese alterada por circunstancias como las acontecidas en la isla de La Palma o la borrasca Filomena. Además, se reduce el índice de rendimiento aplicable a las actividades ganaderas que alimenten el ganado con piensos y otros productos adquiridos a terceros; siempre que estos representen más del 50% del importe total de la alimentación animal.
Del mismo modo se amplía en cinco puntos la reducción del coeficiente corrector por uso de electricidad para el riego. Así los agricultores que utilizaron la electricidad para el riego se beneficiarán de una minoración del 25% en el rendimiento neto para cultivos regables (el año anterior fue el 20%), extensible a todos los regadíos, y no solo a los de consumo estacional.